Está bien No Producir

Reconoce que Está bien No Producir

¡Hola a todos! Después de un tiempo fuera del radar, he vuelto con una reflexión que me ha acompañado en este periodo de pausa: «Está bien no producir». Esta imagen del ilustrador Alfonso Casas, resonó conmigo en un momento donde las demandas cotidianas me dejaron exhausto. Durante mi ausencia, aproveché para hacer pequeñas mejoras en casa y avanzar en proyectos personales. Pero fue en esos momentos de ocio donde encontré la verdadera revelación.

Nos obsesionamos con la productividad, con alcanzar metas y objetivos, hasta el punto de olvidar lo esencial: ¡VIVIR! Por eso, quiero compartir con ustedes por qué es importante permitirnos descansar y desconectar:

Creatividad: La rutina y el estrés laboral pueden nublar nuestra visión y creatividad. Dedicar tiempo a no hacer nada puede ser el fertilizante que nuestras ideas necesitan para florecer.

– Eficiencia: Paradójicamente, descansar nos hace más eficientes. Reducir el agotamiento y mejorar la concentración son solo algunas de las recargas que obtenemos al tomarnos un respiro.

– Calidad de Vida: Más allá del trabajo, la vida se compone de hobbies, momentos con seres queridos y autocuidado.

Como líder, me pregunto y les pregunto: ¿Estamos cuidando el equilibrio entre la vida personal y profesional de nuestro equipo? Somos seres humanos colaborando con otros seres humanos, y es nuestra responsabilidad crear un ambiente que permita ese necesario respiro.

¿Por dónde empezar? Respetando los descansos y vacaciones. Eliminemos de nuestro vocabulario la idea de estar «siempre disponibles». Si un miembro del equipo no está, ¿significa que todo se detiene? Claro que no. La vida y el trabajo continúan, y debemos confiar en la capacidad de nuestro equipo para manejar la ausencia de alguien.

No siempre estoy buscando qué nueva tarea emprender, aunque he tenido mis épocas de «workaholic». Pero hay un mundo allá afuera esperando ser experimentado. Como dice Robert Kiyosaki en «Padre Rico, Padre Pobre», antes de pagar a los demás, págate a ti mismo. Eso también aplica al descanso. Valora y respeta lo que trabajas tan duro por conseguir, admira tus logros, y date el permiso de disfrutarlos. Si no lo haces tú, nadie más lo hará.

¿Estamos de acuerdo?

En conclusión, amigos, tomémonos ese merecido descanso. Compartan sus experiencias y opiniones sobre cómo equilibran la vida y el trabajo. Y recuerden, está bien no estar siempre en modo producción.